Bosque en movimiento
El impresionismo y la fotografía comparten una idea básica, la intención de captar un momento, no buscan crear una imagen narrativa, si no representar lo que esta pasando en ese instante. Sin embargo el impresionismo no se fijo en lo preciso, realista y exacto que puede ser una fotografía, si no en sus defectos. Cogió los fallos de las fotografías, como el desenfoque, las fotografía borrosas, y las utilizó para sus cuadros. También se aprovechó de las limitaciones de la fotografía de la época, como la imposibilidad de plasmar objetos en movimiento, y explotó esta carencia. Plasma figuras borrosas y a partir de ellas simula el movimiento. También utilizaron otros recursos de la fotografía como el “encuadre selectivo”, desplazar el punto de referencia del cuadro hacia uno de los laterales, y así hacer que el espectador se sienta parte de la pintura. El centro de la obra quedaba vacío y a esto se le añadía que también podían cambiar el punto de enfoque, ya no tenían que representar las escenas desde el frente si no que podían cambiar los ángulos de enfoque. Este trabajo me inspiro en los pintores impresionistas, como ellos lo hicieron antes con la fotografía, he intento llevar a cabo el mismo proceso pero en forma inversa.
Fotografías de gran formato, impresas en acrílico con base de aluminio 90x134cm otorgándole colores brillantes y texturas satinadas.
Serie limitada a 10 copias.